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Habitar, trabajar, descansar, satisfacer necesidades, contar un lugar para el ocio, contemplar la naturaleza; deambular entre lo público y lo íntimo en un entorno dispuesto para el bienestar y el disfrute de la vida cotidiana. De esta manera, se insertan en el paisaje del poniente de la Ciudad de México dos torres, prismas regulares, elementos escultóricos de apariencia monolítica en la distancia, los cuales adquieren un carácter simbólico en el entorno inmediato.

La configuración del proyecto obedece a un adecuado balance entre las condiciones propias del terreno y la disposición de una estructura ordenada y eficiente, dando como resultado un conjunto armónico, sobrio, con una estética atemporal, que deambula entre lo consistente de los volúmenes y la delicadeza de sus elementos arquitectónicos a escala íntima.

Las torres, con más de 160 metros de altura, se desplantan de manera ordenada y racional, como dos macizos cuya estructura, haciendo las veces de exoesqueleto, facilitan la disposición de una fachada vibrante, debido a la disposición aleatoria en la profundidad de sus paños, logrando suavizar la imagen de los sólidos geométricos.

A nivel de calle y contando con la invaluable presencia de una reserva natural, a la altura del peatón, el basamento establece un tejido con este escenario hacia donde los recorridos y visuales se orientan, como telón de fondo de los espacios aptos para la mayor permanencia de sus usuarios y a su vez, una oportunidad para un escape a la naturaleza en medio de un contexto urbano consolidado.

Es en este basamento donde se genera la interacción entre la ciudad y la arquitectura, permitiendo el acceso a sus diferentes usos y propiciando variadas experiencias tanto a residentes y visitantes ocasionales, otorgando al sector la posibilidad de realizar actividades comerciales y culturales al aire libre, reforzando el potencial peatonal de la zona, generando un ambiente fluido, festivo y dinámico.

Al interior, los espacios se distribuyen de manera racional, estableciendo un equilibrio entre el confort y el constante contacto con el paisaje lejano. Siempre contemplar la ciudad y gozar de la ventilación e iluminación naturales, serán privilegios que enriquecen la calidad de los diferentes espacios.

Créditos

Equipo de diseño:

Jean Michel Colonnier

Alex Granados

Oscar Osorio

Daniel García

Pablo Simg

Ana Fernanda Rodríguez

Fernanda Bon

Pablo Graillet

Alexandro Rosas

Diego Juárez

Alicia San Miguel